domingo, 17 de agosto de 2008

Tacos colgados.


Vacío, lleno de humo andaba, sin pensamientos, al menos eso era lo único que rondaba en su cabeza.
Una atmósfera vacía. El contexto no existía, se desdibujaba.
Ella ya no pensaba, fumaba, menos, pero con mas placer y mas aire.
La silla no paraba de dar vueltas. El piano acompañaba la ausencia, imágenes simultáneas entre una actriz y un mortal, “el mundo pertenece a quién cuenta la historia” rezaba un almanaque ahorcado en la heladera.
Y la voz entre dormida disparaba automáticamente.
Cuando nada te preocupaba, solo luces en la cabeza, tirada al sol.
Los huesos cansados, hundidos en el sillón.
La sombra de una soga delimitando el espacio, justo sobre la sien.
No importa quién, ni cómo, solo tirada bajo el sol, con el ruido de las palomas en la antena y el ascensor.
Las horas pasaban sin ningún pensamiento.
El silencio se va comiendo el estómago.
No hay recuerdos. No hay lugar.
De tanto humo no se daba cuenta que estabas, viendo pasar nubes que morían junto al sol, que la luna esperaba, que los caminos se desparramaban.
Bajo el sol, todo es un lio. Las figuras ausentes se consagran bajo coros, las tempestades acarician la calma. El cuerpo se desinfla. Y la voz no para de relatar.

2 comentarios:

* dijo...

Deberían aparecer más seguido almanaques ahorcados en las heladeras...generalmente son ellos los que nos ahorcan.
yo sigo esperando que salga el sol...está soplando el viento, así q el calor ya se acerca.
cómo es eso de q colgaste los tacos? no sé q cuernos me importa, ni p q carajo te pregunto...yo hace rato q los colgué, nací en Converse. ja!

musicadesala dijo...

charlotte que el piano acompañe la ausencia me parece maravilloso pero por favor... no cuelgues los tacos El mundo no se lo merece